La familia musulmana de un joven en El Geneina, Darfur, ha repudiado a su hijo y forzado a su esposa a divorciarse de él tras su conversión al cristianismo, según informaciones locales.
El joven, que adoptó la fe cristiana en enero del año pasado, fue amenazado por un líder islámico radical conocido como Sheikh Amaar, quien le exigió regresar al Islam o enfrentar graves consecuencias.
A pesar de las amenazas, el joven no temió por su vida y continuó fortaleciendo su fe. Sheikh Amaar alentó a familiares y vecinos musulmanes a atacarlo, lo que refleja el peligro que enfrentan los conversos al cristianismo en esa región. El nombre del joven se mantiene en reserva por motivos de seguridad.
“Ya no eres miembro de nuestra familia, porque has cambiado de religión”, contó un pariente del hombre en cuestión, detallando que tuvo que abandonar su casa antes de ser perseguido con más fuerza.
Después de ser acusados de apostasía el año pasado, un grupo de conversos del Islam en Sudán se ha refugiado en casa de amigos debido a amenazas a su seguridad.
Uno de ellos pidió oraciones por los desafíos que enfrentan, ya que Sudán ocupa el quinto lugar en la Lista Mundial de Vigilancia 2025 de Puertas Abiertas, donde es más difícil ser cristiano, lo que representa un deterioro en comparación con el año anterior.
La situación se ha agravado desde que estalló la guerra civil en abril de 2023, lo que ha llevado a un aumento en los asesinatos y agresiones sexuales contra cristianos, así como ataques a sus hogares y negocios.
Las iglesias han sido bombardeadas y saqueadas, y los cristianos se encuentran atrapados en el caos del conflicto entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas Paramilitares de Apoyo Rápido, las cuales han atacado a cristianos bajo acusaciones de apoyo a la oposición.
Desde el golpe de Estado de octubre de 2021, que interrumpió el avance en la libertad religiosa logrado tras la caída del régimen islamista de Omar al-Bashir en 2019, los cristianos temen el regreso de la persecución.
Aunque Sudán había sido eliminado de la lista de países de especial preocupación por violaciones a la libertad religiosa, la situación actual refleja un retroceso significativo en los derechos religiosos, con una población cristiana de aproximadamente 2 millones en un país de más de 43 millones.